jueves, 3 de diciembre de 2015

NO HAY QUE GRITAR



No es bueno gritar o chillar. A veces a todos se nos escapa hacerlo, pero no es una buena costumbre.Cuando gritas haces un gran esfuerzo con tu voz.Puedes lastimarte la garganta.Además gritar es una cosa que molesta a los demás.A las otras personas les puede resultar molesto que estemos gritando continuamente.
Hay que evitar expresarse continuamente  chillando y gritando.A lo mejor creemos a veces que si gritamos los otros nos van a prestar más atención.Pero puede suceder todo lo contrario.Nuestros gritos pueden provocar que la persona se sienta incómoda y prefiera alejarse de nosotros.Además, imagínate qué ocurriría si todos nos dedicásemos a gritar continuamente…
¿Qué pasaría si todos habláramos siempre a voces?Sería un gran lío. No conseguiríamos entendernos.Nadie escucharía a nadie.Imagínate a todo el undo chillando en la consulta del doctor, en un hospital en la escuela…
Definitivamente, gritar no es nunca una buena elección.Creo que si lo pensamos bien todos llegaremos a estar de acuerdo en que sería mucho mejor evitar hacerlo

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Miércoles 25

En un precioso jardín vivía la mariposa más bonita del mundo. Era tan bonita y había ganado tantos concursos de belleza, que se había vuelto vanidosa. Tanto que un día, la cucaracha lista se hartó de sus pavoneos y decidió darle una lección.
Fue a ver a la mariposa, y delante de todos le dijo que no era tan bonita, que si ganaba los concursos era porque los jurados estaban comprados, y que todos sabían que la cucaracha era más bella. Entonces la mariposa se enfureció, y entre risas y desprecios le dijo a tí te gano un concurso con el jurado que quieras"Vale, acepto, nos vemos el sábado", respondió la cucaracha sin darle tiempo. Ese sábado todos fueron a ver el concurso, y la mariposa iba confiada hasta que vio quiénes formaban el jurado: cucarachas, lombrices, escarabajos y chinches. Todos ellos preferían el aspecto rastrero y el mal olor de la cucaracha, que ganó el concurso claramente, dejando a la mariposa tan llorosa y humillada, que nunca más volvió a participar en un concurso de belleza.
Por suerte, la cucaracha perdonó a la mariposa su vanidad y se hicieron amigas, y algún tiempo después la mariposa ganó el premio a la humildad